En 1492 comenzó un proceso de larga duración que puso en contacto dos mundos hasta entonces aislados. Por un lado, los pueblos originarios americanos, esparcidos en una inmensa geografía, caracterizados por enormes diferencias políticas y culturales, y muchas veces dotados de una profunda religiosidad. Y por otro, el de los europeos, de tradición greco-romana, germánica y católica, en particular los españoles, cuyos reyes permitieron el viaje de Colón y sostuvieron la presencia castellana en América. Estudiar el encuentro entre estos dos mundos, desde el punto de vista religioso, es acudir a términos tan cruciales, pero contrastantes, como inculturación, adaptación, aniquilación cultural, lucha por la justicia, abusos a los más débiles, formación humana y profesional, justificación de la conquista violenta, educación universitaria, apariciones de la Virgen, etc. La forma en la que estos fenómenos (y otros más) son abordadas en este volumen es la del respeto por los hechos y procesos históricos realmente acontecidos, valorándolos con un doble instrumento: el del método historiográfico y el de la luz de la teología y de la fe. Se espera contribuir así con cierta dosis de serenidad y objetividad al debate en torno a la plantación del Evangelio en América.