La parte más importante de escribir este libro ha sido tener mi propio despertar. Es increíble cómo tenemos interminable cantidad de actividades en nuestro día a día y a veces no le damos tregua a nuestro cuerpo ni mente para descansar y darnos la oportunidad de conocernos, de tener un encuentro con nosotros mismos, un clavado a nuestro interior para recordar más seguido lo que hemos vivido y continuar nuestro camino con pasos cada vez más sólidos, porque definitivamente nunca seremos los mismos. Cada experiencia nos hace diferentes, cambia nuestra visión y nos hace madurar. Debemos tomar en cuenta que siempre estará en nuestras manos qué rumbo tomar; nuestras acciones nos indicarán con claridad quiénes somos realmente; merecemos ser honestos con nosotros mismos. En las diferentes etapas de la vida hemos aprendido a crecer desde las vivencias diarias, hemos forjado nuestra personalidad, puliendo nuestro corazón y trabajando para que cada día podamos estar en equilibrio y armonía con todo lo que nos rodea, también podemos utilizar todo lo vivido para tomar lo negativo y decidir estar mal; dos caminos y una sola decisión, la que tomemos cada uno de nosotros.