Este es un curioso tratado de alquimia típico del siglo XVIII que, sin embargo, se aparta bastante de los manuales al uso. Ameno, sencillo y didáctico, no pretende estar en posesión de la verdad sino compartir ciertos conocimientos herméticos con el lector. El trabajo concluye con la narración de un evocador sueño sembrado de simbología alquímica, a través del cual nos comunicará también algunos de los secretos de los filósofos.