La necesidad de hemodiálisis tiene un profundo impacto en la vida de los niños y adolescentes con insuficiencia renal terminal y en la de sus madres, ya que ellas asumen predominantemente el cuidado del tratamiento. El tratamiento de hemodiálisis exige que la madre acompañe a su hijo a las sesiones al menos tres veces por semana y, al no ser una práctica curativa, vive la espera de un trasplante de riñón con diferentes significados. El libro presenta un estudio que intenta comprender cómo las madres perciben la experiencia de acompañar a su hijo en una Unidad de Hemodiálisis Infantil y construir un modelo teórico que represente esta experiencia.