El deseo es una fuerza poderosa que puede traducirse en beneficio personal o en deterioro. Grandes logros se han obtenido por personas que han albergado grandes deseos a travez de la historia. (Steve Jobs) . Grandes conflictos han sucedido por personas mal intencionadas que han causado graves daños a la humanidad (Hitler)
No subestimes el poder del deseo. Cuando está arraigado en Dios, se convierte en una fuerza poderosa que puede cambiar no solo tu vida, sino también el mundo que te rodea. Vive con pasión, vive con propósito y, sobre todo, vive con el deseo ferviente de glorificar a Dios en todo lo que haces. No desees las cosas temporales y pasajeras, desea mejor las cosas espirituales y eternas que nunca envejecen. Así, tu vida no solo será una testimonio de fe, sino una obra maestra de la gracia divina en acción. Que la fuerza de tus deseos, guiada por el Espíritu Santo, te lleve a una vida de abundancia, impacto y eterna satisfacción en Cristo Jesús. Adelante querido amigo y lector, vive con fervor y deja que la gloria de Dios resplandezca a través de ti. "Hay solo una fuerza motriz, el deseo." -Aristóteles-