Las memorias nos atan a nuestro pasado y, queramos o no, muy pocas veces se pueden borrar.
El verano en que cumplió los dieciocho, Emily Brooke supo que su vida estaba a punto de cambiar para siempre. Sin embargo, nunca creyó que sería a causa de un amor prohibido que dejaría una marca demasiado profunda en su corazón.
En el verano de 2010, su vida ha vuelto a dar un giro de ciento ochenta grados. Decidida a no olvidar jamás aquel verano de 1994, los atardeceres en las playas de Long Island, los besos y caricias de Jane Risward, se dispone a poner por escrito la intensa y complicada relación que las unió... y que todavía las une.
Asiste al comienzo de una historia que te calará hondo, donde la protagonista no solo debe descubrirse a sí misma, sino también luchar para demostrar que el amor siempre es amor, sin importar lo que los demás opinen.