Ella necesita un defensor. Él necesita una persona menos de la que preocuparse.
Selena Lockhart no posee dote ni conexiones, y sabe que no debe esperar que la sociedad le dé la bienvenida; sobre todo, después de que su padre apostara y perdiera su fortuna, lo que precipitó la repentina caída en desgracia de la familia y que el prometido de Selena rompiera su compromiso. Por eso no es de extrañar que su nuevo vecino, Sir Lucius, la trate con desdén. ¿Por qué debería él mirar más allá de las apariencias cuando las de Selena prometen muy poco?
Sir Lucius Clavering no está casado, pero bien podría estarlo, considerando que su función es acompañar a su madre viuda a las reuniones sociales, completar el número de asistentes a las cenas de su hermana casada y acudir en ayuda de sus bribones hermanos pequeños. Tampoco ayuda el hecho de que las mujeres solteras y las madres casamenteras compitan entre sí para adjudicarse su imagen, su fortuna y su título, de modo que él no puede tener ni un momento de paz.
Cuando Selena se presenta en la puerta de Lucius en busca de ayuda, él está seguro de que se trata de otra estratagema destinada a poner fin a su preciada existencia como soltero. Aunque sus prejuicios no duran mucho, Lucius teme que su primera reacción haya arruinado sus posibilidades con ella. ¿Cómo puede salvarla de las garras de la sociedad cuando ella sigue alejándolo?