La historia de cómo un siervo de Dios se convirtió en un ídolo para las élites que dominan el mundo. Túnicas negras, velas, sacrificios humanos, abusos a menores... Si por algo se caracteriza la historia del satanismo es por la acumulación de tópicos. Sin embargo, la realidad es muy distinta. La creencia en la existencia de una especie del dios del mal es hija del clima político que vivieron los judíos en el periodo que transcurre entre la redacción del Antiguo y el Nuevo Testamento, y que llega a su máximo apogeo con la aparición de una nueva religión fundada por un tal Jesús de Nazaret. Desde entonces y hasta hoy, serían los cristianos los verdaderos creyentes en el maligno, aunque algunos grupos han intentado reescribir su biografía y apropiárselo. La religión, la política, la literatura, la filosofía, la música o el
true crime
fueron moldeando la creencia del satanismo como la definición del mal, que consiguió volverse contra sus creadores y acabó alumbrando, en los años sesenta, la Iglesia de Satán.
The story of how a servant of God became an idol for the elites who rule the world. Black robes, candles, human sacrifices, child abuse? If there is one thing that characterizes the history of Satanism, it is the accumulation of clichés. However, the reality is very different. The belief in the existence of a kind of evil god is the result of the political climate experienced by the Jews in the period between the writing of the Old and New Testaments, which reached its peak with the emergence of a new religion founded by a certain Jesus of Nazareth. From then until today, Christians are the true believers in the Evil One, although some groups have tried to rewrite his biography and appropriate him for themselves. Religion, politics, literature, philosophy, music or
were molding the belief of Satanism as the definition of evil, which managed to turn against its creators and ended up giving birth, in the sixties, to the Church of Satan.