Celebrar, agradecer y aceptar nuestro cuerpo humano y sus facultades (tanto físicas como psicológicas y espirituales) no es una tarea fácil. A menudo, según se presentan las etapas de la vida, un simple espejo puede cambiar nuestro enfoque y hacer que centremos nuestra atención en la mera belleza externa. Sin embargo, esto último nos lleva a olvidarnos de que la verdadera belleza radica en nuestra esencia, y esto incluye nuestra salud. ¡Adelante! El plan de Dios para mi cuerpo, es una guía que hace énfasis en el valor que tenemos delante de Dios como seres completos: con un cuerpo, pero también con un espíritu. Es así como el seguimiento de este plan nos ayudará a cultivar nuestra relación con Dios y el cuidado de nuestra salud; y también, al tiempo de estar siguiéndolo, seremos capaces de reconocer el propósito y la importancia que el cuerpo humano tiene para Él.