cuenta la inspiradora historia real de cómo un hombre marcó la diferencia en un vecindario. Luego de ver lo inquietos que estaban los estudiantes de una escuela mal financiada, y la falta de opciones de comida saludable, Tony Hillery los invitó a convertir un terreno vacío en una hermosa y útil granja. Al ensuciarse las manos, estos niños hicieron de un espacio abandonado algo hermoso y productivo, a la vez que tuvieron la oportunidad de colaborar y aprender acerca de la comida saludable y sostenible. Cinco años después, los niños y sus padres, con la ayuda del personal de Cultivado en Harlem, cultivan miles de libras de frutas y vegetales cada año. Todo eso es entregado a los niños y sus familias. La increíble historia es insuflada de vida con el “arte enternecedoramente cargado” ( ) de Jessie Hartland. Los lectores la leerán con atención en busca de nuevos detalles al repasar este emotivo e inspirador cuento una y otra vez.