La mayoría de las decisiones de nuestra vida las tomamos estando dormidos, casi arrastrados por un estado de inercia. Cuando reacción amos, el paso ya está dado y el resto del tiempo nos quedamos ahí, atrapados, intentando hacer algo con eso que ni siquiera sabemos que hemos decidido. Hay cosas que no pueden deshacerse. Querer intentarlo es verle la cara a la frustración. Por lo contrario, es necesario un viaje a n nuestro mundo interior. Si registramos lo que hacemos y sentimos, ganamos libertad y la posibilidad urgente de conocer nuestros deseos s más profundos: ¿quién soy? ¿Qué quiero? ¿Cómo lo quiero? Ser conscientes de lo que experimentamos, decirlo, palparlo y nombrarlo son mecanismos con los que logramos adueñarnos de nuestra vi da. Cuanto antes despertemos a nuestro mundo interior, más sabias y honestas serán nuestras decisiones. Despierta es el paso hacia una existencia verdadera; una invitación a conocernos y animarnos a pisar firme y fuerte e. Siempre hacia donde nos guíen nuestros latidos. Sí. Los nuestros. We make most of the decisions in our lives half asleep, pulled along by inertia. When we react, the step has already been taken, and we are stuck trying to make something out of a decision we didn’t even realize we’d made. Some things cannot be undone, and wanting to do so only leads to frustration. The key is to look inside ourselves. By learning to register what we think and feel, we become freer and in touch with our deepest desires: Who am I? What do I want? How do I want it? Being aware of what we experience – saying it out loud, naming it and examining it – is a way of taking ownership of our lives. The sooner we wake up to our inner lives, the wiser and more honest our decisions will be. encourages us to become self-aware, to understand ourselves and make firm decisions; in other words, to go where our hearts lead us.