UN THRILLER QUE TE ENGAÑA HASTA LA ÚLTIMA PÁGINA. Hay novelas imposibles de abandonar una vez leídas las primeras páginas. Historias que reinventan el suspense y hacen dudar al lector cada vez que termina un capítulo. En este thriller absolutamente original y adictivo, Mikel Santiago rompe los límites de la intriga psicológica con un relato que explora las frágiles fronteras entre el recuerdo y la amnesia, la verdad y la mentira. En la primera escena, el protagonista despierta en una fábrica abandonada junto al cadáver de un hombre desconocido y una piedra con restos de sangre. Cuando huye, decide tratar de reconstruir él mismo los hechos. Sin embargo, tiene un problema: no recuerda apenas nada de lo ocurrido en las últimas cuarenta y ocho horas. Y lo poco que sí sabe es mejor no contárselo a nadie. Así arranca este que nos traslada a un pueblo costero del País Vasco, entre sinuosas carreteras al borde de acantilados y casas de muros resquebrajados por las noches de tormenta: una pequeña comunidad donde, solo aparentemente, nadie tiene secretos para nadie. ENGLISH DESCRIPTION A THRILLER THAT FOOLS YOU UNTIL THE LAST PAGE. There are novels impossible to put down even from reading just the first page. Stories that throw suspense for a loop and make the reader question everything each time a chapter ends. In this absolutely original and addictive thriller, Mikel Santiago breaks the limits of psychological intrigue with a story that explores the fragile borders between memory and amnesia, truth and lies. In the first scene, the protagonist wakes up in an abandoned warehouse next to the dead body of an unknown man, and a bloody stone. When he runs away, he decides to try to reconstruct the facts himself. However, he has a problem: he doesn't remember anything that happened in the last forty-eight hours. And the little that he does know, is better if he keeps it to himself. This is how this thriller begins which takes us to a coastal town in the Basque Country, amid winding roads on the edge of cliffs and houses with cracked walls due to stormy nights: a small community where it seems that nobody keeps secrets from anyone, . . . or maybe they do.