El ser humano que toma la decisión de aceptar a Jesucristo como su Salvador se convierte en una nueva creación en Cristo.La nueva creación es el pacto de la gracia, tenemos un espíritu creado a imagen de Dios. El derribo esa pared intermedia entre judíos y gentiles, ahora su Reino se compone de todos los ciudadanos que ya no son somos criaturas terrenales, sino del Tercer Cielo, seres celestiales.En el pacto de la gracia, todos pasamos a ser hijos de Dios por igual, los judíos como gentiles, en la antigua alianza era la nación de Israel que Él escogió para darle la ley a través de Moisés. Ahora no tanto los hebreos sino también los paganos, son un solo pueblo con una sola cabeza Jesucristo, se nos dio a beber de una misma esencia. No hay judío ni griego, uno en Cristo somos espíritu y no carne.Debemos estar para ellos: en todos los aspectos adaptados a la nueva naturaleza del alma santificada. Preparados desde la fundación del mundo.Esta felicidad es de los santos, y ellos para ella, desde toda la eternidad. Vendrán y la heredarán. Lo que heredamos no lo logramos por nosotros mismos. Es el Padre que hace los herederos del cielo. Somos creados de nuevo conforme a la imagen de Dios en santidad, finalmente entraremos en los cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.