Las 14 necesidades de Virginia Henderson se han utilizado desde un principio para la gestión de los cuidados dirigidos hacia el individuo, ya sea sano o enfermo. El objetivo es que dichas necesidades estén cubiertas en su totalidad y que el propio individuo sea el protagonista de este hecho mediante su fuerza, conocimiento y voluntad. De esta manera la persona o el paciente lograrán su independencia o autonomía y podrá disfrutar de un estado de salud óptimo y bienestar biopsicosocial. Para que estos hechos se cumplan a la hora de proporcionar cualquier tipo de asistencia se debe conocer qué elementos son, desde la perspectiva del paciente, los que más contribuyen a que la asistencia sanitaria sea satisfactoria. Hoy día la calidad asistencial no se centra sólo en las técnicas realizadas al paciente, si no que va más allá. Es aquí donde se observa a su vez un cambio en el concepto de ¨satisfacción del paciente¨. Dentro de las 14 necesidades nos hemos basado en la necesidad número 6 denominada: Arreglo personal. Esta necesidad como las 13 restantes es esencial que esté cubierta en su totalidad para que la persona goce de un mayor grado de salud, comodidad y cuidados de calidad. Cabe destacar un hecho importante de esta necesidad como es el cuidado de la piel, donde el objetivo de la asistencia o cuidados es el mantener intacta la integridad tisular en todo tipo de edades, desde los niños hasta personas de edad avanzada, además de conocer los diferentes factores de riesgo de ambos. La necesidad de arreglo personal es considerada común y esencial para cualquier individuo aunque cada uno de ellos lo manifieste de forma diferente. Esto dependerá de los factores que intercedan en dicha necesidad y el significado que cada individuo le quiera dar, dependiendo siempre de las circunstancias, experiencias, cultura, creencias... Al encontrarnos ante una población mayoritariamente envejecida, será un número mucho mayor de personas las que se encuentren en estado de dependencia y necesiten de una persona que realice aquel trabajo de cuidador/a. Dentro del sistema asistencial cumplirán está labor los enfermeros/as encargados de promocionar salud al enfermo, aumentar las capacidades de éste y su independencia y realizar unos cuidados de calidad. Esto tendrá como meta el bienestar psicológico de la persona ya que el vestirse y desvestirse es una actividad muy significativa para el ser humano, además de requerir diferentes habilidades para su realización por lo que las personas de edad avanzada tendrán un nivel de dificultad más alto a la hora de llevarlo a cabo. A esta limitación es a la que llamamos manifestaciones de dependencia para las que se crearán programas de educación para la salud y talleres de formación para los cuidadores/as, figura esencial en el cuidado de personas dependientes. El cuidador más habitual en la mayoría de los casos suele ser un miembro de la familia, siendo el principal proveedor de cuidados de salud. Éste será el encargado de garantizar una salud óptima al enfermo y cuidados de calidad que cubran las necesidades del paciente. Para que estos cuidados se realicen de forma correcta y adecuada el profesional sanitario será el encargado de proporcionar dicha información, no solo en lo que respecta a conocimientos y habilidades, sino también en actitudes y valores. Por otro lado, en la necesidad de arreglo personal tendrá especial significado el nivel de satisfacción del paciente y su cuidador principal al ser la acción de vestirse y desvestirse algo muy personal, además de requerir capacidades y habilidades físicas para su realización. En este apartado cabe destacar la intimidad del paciente, punto clave y de gran importancia para el paciente y familia. La intimidad del paciente es el derecho más importante que éste puede tener y que el profesional de enfermería debe cumplir en todo momento.