EL OCTETO DE CÓRDOBA Rotundo mentís para quienes esperaran en Nubedil una educación sentimental. Lejos de ello, el trayecto va en pos de la deseducación en general, entendida como retorno al yo libre e independiente, reprimido por las tribales normas de la familia con que nos atan al carro de la más ciega esclavitud. Polémica, pero necesaria reflexión ética, sobre este antiquísimo proceso de descomposición humana. Algo que abre zonas de indagación imprescindible, tanto en lo vital como en lo narrativo. Curioso, aunque riquísimo en vicisitudes, que el monacal retiro para este duro trabajo interno, en la deseada habitación propia, accidentalmente se produzca en una Pensión donde el resto de inquilinos son homosexuales. Sin duda el Friso Narrativo de este Octeto, obra coral sabiamente estructurada, opta por no dejar fuera ninguna de las tonalidades que componen su singularidad. Encuentros furtivos, invocaciones de honda densidad poética, el reloj del veintiuno avanzando, voces críticas redondeando la fi gura del héroe, el obligado viaje familiar, diálogos de impresionante veracidad humorística e intelectual... Todo ofrecido como variaciones del tema central, sutiles líneas de fuga, en un canon de pausada y pautada convergencia. Desusado espectáculo, que no quisiéramos acabe nunca. MIRIAM NOCELLI GHERBEZZA