Jilly Watson no es el tipo de chica que tiembla y se ruboriza cuando su jefe la llama a su despacho. Pero Matthew Stevenson no es solo su jefe, y no solo la va a regañar. Es su Papá, y la va a azotar. No unos cuantos azotes coquetos, sino unos azotes largos, duros y dolorosos que le dejarán el trasero rojo y dolorido para recordarle que él espera que le obedezca. Ella es secretaria jurídica y él es el nuevo socio del bufete. Es escandaloso y vergonzoso. Pero sus bragas están empapadas incluso antes de que ella se incline sobre el escritorio, y cuando Papá se las arranca después de su castigo ella sabe que encontrará a su pequeña traviesa mojada y lista para ser reclamada. Nota de la autora: Obedeciendo a Papá incluye azotes y escenas sexuales. Si tal material le ofende, por favor no compre este libro.