Existen demasiados libros técnicos para todo pero pocos invitan a tomar nuestras decisiones, a pensar, a construirnos como seres humanos con nuestros propios valores. Partiendo de esta idea, un día me pregunté qué era (y para qué servía) realmente el storytelling. Y empecé a pensar una respuesta coherente... Este siglo va a ser el siglo de las humanidades. Las máquinas ya lo hacen todo y disponemos de miles de libros técnicos que nos explican cómo hacer cualquier cosa. Sin embargo, apenas existen opciones que nos obliguen a pensar, a incomodarnos, a cuestionarnos el por qué de lo que hacemos. Y en este escenario, el storytelling se muestra como un punto de partida excelente para cuestionarse los valores y herramientas de las empresas.