Shirley Perrigny tiene veintisiete años, es canadiense y vive en París. Ha perdido un marido, pero pronto se procura otro, Philippe, un periodista adecuado y exitoso. Despreciada por los parisinos y sermoneada por sus compatriotas, no puede evitar citar a Jane Austen y Kingsley Amis en cualquier situación. Es toda una experta en utilizar su miopía como arma de defensa contra las agresiones sociales que parece no dejar de sufrir. A medida que los pilares que creía inamovibles comienzan a desaparecer, su auténtica personalidad sale a la luz, y quien antes era víctima ahora brota como un radiante espíritu libre, espontánea, abnegada y una fiel e irrefrenable devota por ayudar al prójimo. Profunda, divertida y trágica, ¿podría acaso esta nueva protagonista ser la heroína de su propia historia?
Shirley Perrigny, the heroine of A Fairly Good Time, is an original. Derided by the Parisians she lives among and chided by her fellow Canadians, this young widow—recently remarried to a French journalist named Philippe—is fond of quoting Jane Austen and Kingsley Amis and of using her myopia as a defense against social aggression. As the fixed points in Shirley’s life begin to recede—Philippe having apparently though not definitively left—her freewheeling, makeshift, and self-abnegating ways come to seem an aspect of devotion to her fellow man. Could this unreliable protagonist be the unwitting heroine of her own story?