Jesus dice: "por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca." (Mateo 7, 24). San Pablo: "os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús a que viváis como conviene que viváis para agradar a Dios" (I Tesalonicenses 4, 1). El Apóstol, no les pide que conozcan o que piensen sino ¡que vivan! Mucho menos que presuman de lo que saben. San Juan: "Quien dice que permanece en Éldebe vivir como vivió Él." (I Juan 2, 3). No solo debe de saber de El, o conocerle, sino vivir como Él.
Jesus nos pide que seamos levadura, luz que ilumine, fuego que caliente, que seamos sarmientos unidos a la vid, etc. No dice que estudiemos la Biblia para ser "doctores de la Ley." Jesus no desea que terminemos con muchos conocimientos de la Biblia pero siendo sepulcros blanqueados. No.
Los discípulos de Jesús no leemos la Biblia para "conocer" lo que dice, sino para aprender todo lo que le ocurrió al Maestro y para poder vivir sus enseñanzas fielmente. Despues, siga las indicaciones del Espíritu Santo y... ¡no puede equivocarse!
Ciertamente este libro le ayudara a conocer la Biblia, pero sobre todo le ayudara a pasar de la letra impresa a vivir la Palabra en su vida: en su matrimonio, en su hogar, en su trabajo y con sus amistades, etc.
"Son pocas palabras, palabras sencillas pero prácticas para todos; porque el cristianismo es una religión práctica: no para pensarla sino para practicarla. (Papa Francisco, 19-9-2013) Porque lo que de verdad nos interesa a los cristianos de la Biblia es el contenido teológico y, específicamente, como aprender de él para ayudarnos ¡en nuestro trato con Jesús!
Si después de leer la Biblia, el lector no conoce más a Jesús o no quiere seguir tras sus huellas, entonces habrá perdido el tiempo.
Este es el primer volumen de una serie de cinco.