Cegados por la arrogancia, creemos que los únicos que sabemos engañar somos nosotros, y somos los más engañados. Esa vida tan idílica, no es tal. Ese hijo al que adoras, puede que no sea tuyo. Esa mujer que todos los días se queda en casa, cuidándote, limpiando y acostándose contigo... ¿quién te dice que no se acuesta con otro sin tú saberlo? ¿Y tu marido? ¿Qué secretos tiene? La vida no es tan sencilla como parece, nada es real en este mundo que te has creado. Si tú mientes, ¿qué te hace pensar que no eres el primer engañado?