Cuando uno hace un camino escoge buen tiempo y días soleados, pero qué pasa si uno ya está en el lugar y se entera de que será una primavera lluviosa y cargada de tormentas; fue para nosotros una experiencia especial "contra viento y marea", tuvimos que luchar contra los elementos que nos ponían obstáculos: las montañas nos presentaban riachuelos crecidos que había que saltar, el viento nos traía nubes preñadas de lluvia que nos ponían los caminos llenos de lodo. Fue cuando aprendimos a valorar los refugios y la calidez humana, pero de pronto, cuando nos dimos cuenta, la bella Italia nos ofreció su esplendor, valles que se abrían, ¬oreados caminos, temperaturas agradables y amigos, muchos amigos con quienes hablar.