Una tarde de verano de 1975, un encuentro insólito desvelaba el sobrecogedor y trascendental destino del joven protagonista de esta historia: trasladar al mundo un mensaje que rechazaba las religiones, por la expresa voluntad de Dios. Encarnado en Alejandro, del protagonista original, , con una prosa diáfana y atrapante, nos deja un relato intrigante llevado con ingenio a la ficción biográfica, cuyo revelador contenido cambia por completo nuestra visión de la vida.