¿Es moralmente correcto ocultar a la justicia los actos de un pederasta? ¿Puede un sacerdote callar el asesinato que confesó un psicópata? ¿Debe el confesor ocultar la violencia de género? En este libro el Padre Juan se enfrenta al dilema de revelar pecados extremadamente graves o callar en pro del secreto de confesión. "Soy un humilde sacerdote, de miles que hay en España, que represento a la Iglesia Católica en un pueblo pequeño del noroeste de la Península, que lleva simplemente más de treinta años de ejercicio, con una gran espiritualidad y defensa hacía sus feligreses. Un buen día, se acercó al confesionario un individuo completamente despreciable, un auténtico psicópata, el cual según explicaba era un asqueroso violador y asesino, que se quería confesar estrictamente conmigo. Intenté por todos los medios, el redireccionarlo de alguna manera, para que dejase de seguir cometiendo semejantes atrocidades. Me es tremendamente difícil, que como hombre de Dios y de la Iglesia, comprender que el Señor viese con buenos ojos, que nosotros, defensores de la paz, la unidad, y la hermandad de los hombres, fuésemos capaces de ocultar la existencia de semejante monstruo, que utiliza la Iglesia como parapeto para realizar sus actuaciones con nuestro perdón." ...