Para aquellos que están listos para reírse de sí mismos y de sus fantasmas, pero que a la vez les aburre leer demasiado, aquí tenemos once cuentos que garantizan ponerle ácido a la herida en pocas paginas; con letra grande y a doble espacio.Compra o descarga ilegalmente este libro sólo si te sientes capaz de entretenerte con la desgracia ajena. Devora sus páginas, préstalo, regálalo o déjalo hasta atrás de tu librero, preparado para mofarte del prójimo cuando más lo necesites.