Algunas búsquedas en nuestra vida comienzan desde muy temprano. Es una especie de libro a escribir, donde solo podemos hacerlo nosotros mismos. Habrá errores y aciertos, será una preparación continua, donde quizás al final, el balance sea a nuestro favor o quizás no. En ese caso, con seguridad, si es lo primero, habremos aprobado el curso y terminado bien el libro, si es lo segundo, no. Habremos perdido el curso. Por el contrario, si la vida, la entendemos como si se tratara del viaje en un tren imaginario, en el cual al final, todos tarde o temprano, llegamos a apearnos en nuestro destino, puede que durante el transcurso tenga varios paisajes diferentes mientras hacemos el recorrido. En ese trayecto pueden subirse y bajarse diferentes viajeros con variados equipajes de mano. Mientras dura la travesía también es muy probable que tengamos situaciones felices y otras desafortunadas. Con algunos tendremos grandes amistades y quizás con otros incluso hasta llegue a perderse. Al final, son muy pocos los que conocemos desde las primeras estaciones y que nos acompañarán durante todo el viaje hasta el final. Habrá alegría y tristezas, hechos buenos y malos, variaciones en el clima durante el recorrido, pero quizás lo verdaderamente importante sea, que aprendamos a disfrutar de los paisajes de ese viaje mientras dure y sobre todo lo más importante, valorar los momentos...