La conexión es un viaje en tres etapas al reencuentro de uno mismo, de los demás y de la vida. Es un camino para romper la coraza con la que todos nos protegemos, para vencer la necesidad de complacer y dejar de correr de un lado a otro sin saber adónde vamos. Cuando estamos conectados, experimentamos la alegría de reencontrarnos con nuestra verdadera esencia y, desde esa consciencia, podemos amar a las personas tal como son. En la conexión, podemos afinar el oído a la melodía de la vida y comprender que, cuando haces lo que amas, todo lo que necesitas aparece.