En las veintisiete piezas que conforman este libro hay de todo, desde una vasta y descabellada road movie en plena Guerra de Secesión americana hasta un conato de análisis literario del alma eslava de Perrault y los hermanos Grimm, un sainete kafkiano y una brevísima revisión del Marcel Proust de Pedro Salinas. Por sus páginas desfilan personajes tan dispares como un filósofo ermitaño forofo del Mundial, una perra boxeadora, un hatajo de croquetas suicidas y un viajero del tiempo renacentista (el viajero, no el tiempo), en unos decorados que incluyen, entre otros, la Grecia de Pericles, una fábrica de alpargatas en Cardiff y una biblioteca japonesa donde un mismo libro se multiplica hasta el infinito.