El autor ha querido ilustrar a través de esta producción el sentimiento tan particular de habitar un país en donde tanquetas antidisturbios lanzan agua a manifestantes mientras las regiones de clima cálido del territorio nacional mueren de sed, lo cual provoca más protestas. El sentimiento de habitar una ciudad donde existe el cargo gubernamental del Gerente Del Metro y sin embargo no hay metro. De caminar por calles en las que las ambulancias pasean a los enfermos porque ningún sistema de salud los quiere atender. Estas son solo algunas de las tragicómicas aventuras que hacen tanto eco como mella en el pensamiento de un joven interesado en dar a conocer a la academia su perspectiva acerca de cómo es la realidad tan disforme y a la vez incomprensible que hoy día se ha asentado en el gobierno del mundo. No se trata, este escrito de una critica rampante, o si, se trata más de un ordinario señalamiento con el dedo índice a quien hacía piruetas en una bicicleta y sin previo aviso fue a frenar contra el pavimento provocando la risa de los presentes, en esa bicicleta iba pavoneándose la sociedad moderna y quien se burla es todo el pensamiento posterior, el autor quiere reír con ellos.