Tú, sí, tú. Claro que te estoy hablando a ti, joder. ¿Ves acaso a otra persona leyendo este libro? Espabila chaval, no es tiempo de dormirse en los laureles. Como supongo que serás blanco, te diré un par de cosas. La primera. Estamos inmersos en una Guerra Racial y la vamos perdiendo. Girar la cara ante el problema e ignorar lo que te estoy diciendo, no impedirá que los Kunta Kinte, Bin Ladens, Chun-lis y demás hez humana, te dejen el culo como un bebedero de patos. Te van a follar de lo lindo y después harán lo mismo con tu mujer, madre, hija, novia o cualquier otra hembra blanca con la que se topen. La segunda. Todavía estás a tiempo de lograr que las cosas cambien. Deja de ser un panoli, abandona tu posición de eterna víctima del sistema y defiéndete con uñas y dientes. Cuando tengas dudas, recuerda que tú eres de los buenos, que tú eres de los blancos. Lucha por ti, por tu familia, por tu raza, por tu nación, por tu honor. La historia sólo conoce de vencedores y vencidos, así que te aconsejo que no seas de los del segundo grupo. ¿Quién soy yo para decirte todo esto? Los medios de desinformación masiva me dibujaron como: el malvado nazi del Distrito de Mandela. En la prisión de Northwoods me conocen por mi número de identificación: recluso 1989-C. Mis hermanos blancos que todavía resisten, pese a la represión del ZOG, te dirán que: soy un tipo con los cojones bien puestos. Y yo, ya que supongo que te interesará también conocer mi opinión, puedo confirmarte que soy todas esas cosas y alguna más. De todas formas, me presentaré. Por si todavía no lo sabes, mi nombre es Jos August Calú y ésta es la continuación de mi historia.